jueves, 22 de diciembre de 2011

Los modelos económicos

Para entender el motivo por el que muchas veces las predicciones económicas que hacen importantísimos organismos internacionales fallan totalmente hay que entender el funcionamiento de la economía como ciencia. Ante todo, hay que saber que la economía no es una ciencia exacta y que hay distintas escuelas o líneas de pensamiento bastante diferenciadas que a menudo se contradicen en sus predicciones. Ésto se debe a que se basan en distintos modelos.



Un modelo económico es una representación muy simplificada de la realidad que intenta explicar el funcionamiento de algún aspecto de la economía. Por ejemplo, hay modelos que intentan representar la relación entre los precios de un producto y la cantidad de ese producto que los consumidores están dispuestos a comprar, o la manera en la que toman sus decisiones los consumidores de productos a la hora de decidirse por un producto u otro, también hay modelos que intentan explicar como funciona un mercado y el tipo de competencia que hay entre las empresas de un determinado sector. Dependiendo del tipo de modelo que consideremos válido o más representativo de la realidad y que usemos para hacer nuestras predicciones tendremos unos resultados distintos.

¿Son los consumidores totalmente racionales al decidir cuanto gastan y cuanto ahorran?, ¿existen empresas que por si solas puedan variar el precio de mercado de un determinado producto?, ¿reflejan los valores de la bolsa el valor exacto de las acciones que en ella se venden o los brokers a veces se dejan llevar por impulsos o sensaciones? Todas estas preguntas y muchas más son respondidas por los distintos modelos económicos, y las distintas escuelas económicas obtendrán por tanto distintas respuestas. Es por eso que algunos economistas se equivocan continuamente en sus predicciones, y no es que en todos los casos sean "ineptos" o "mentirosos", es sólo que los modelos económicos que usan no están representando fielmente la realidad. La sociedad es un elemento cambiante que evoluciona y la economía depende en gran manera de como funcione la sociedad a estudiar, por tanto muchos modelos tienen que seguir el mismo camino y adaptarse a los cambios sociales que ocurren.

Por supuesto hay ciertas escuelas económicas que se encuentran más extendidas que otras y que tienen más importancia en los planes de estudio de las distintas universidades o países. Que una escuela se encuentre más extendida no quiere decir que sea ni mucho menos infalible, siempre hay otras escuelas que aportan otros modelos diferentes y es importante intentar escuchar y seguir aprendiendo. Es obvio que las ideas éticas y/o políticas más extendidas influyen a la hora de que se acepte como válido un modelo económico u otro, pero como ciencia que es la economía no deberíamos alejarnos del objetivo último que es alcanzar modelos que representen acertadamente la realidad independientemente de nuestras ideas previas.

Por otra parte, en muchas ocasiones vemos a economistas que usan los mismos modelos que recomiendan distintas medidas económicas, pero este problema es muchas veces ideológico o de prioridades. Por poner un ejemplo claro, como ya hablamos en otro artículo anterior hay Bancos Centrales que consideran que lo más importante es mantener bajo control la inflación, mientras que otros consideran más importante todavía el mantener la tasa de paro lo más baja posible. Realmente ninguno de los dos se está equivocando mientras sean efectivos al conseguir lo que buscan, es sólo que tienen distintos objetivos.

viernes, 9 de diciembre de 2011

El modelo alemán para Europa

En estos momentos en la Unión Europea nos enfrentamos a un gran problema, se está queriendo implantar el modelo alemán en todos los países de la Unión y eso nos puede conducir al desastre. En este artículo intentaré explicar de manera sencilla los motivos por los que considero que este modelo no es el adecuado.

Alemania es un país con muchas virtudes y de eso no tengo ninguna duda, pero no todos podemos ni debemos pretender ser como ellos. No es cuestión de que no se puedan solventar las diferencias culturales o de ética de trabajo, o que existan diferencias insalvables en el nivel de formación con ellos; es sencillamente que no todos podemos basar nuestra economía en las exportaciones. En el comercio internacional hay países que exportan más de lo que importan y en esa diferencia entre ingresos y gastos fundamentan su crecimiento económico, pero para compensar, es necesario que existan otros países que importen más de lo que exporten. Desde la creación del Euro y su implantación como moneda única en la zona Euro, Alemania se ha visto muy beneficiada. El hecho de tener una moneda común ha facilitado el comercio entre los países de esta zona y Alemania ha visto como han aumentado mucho sus exportaciones a estos países. Por así decirlo, se han asegurado tener un gran mercado en el que poder vender todos los productos industriales que tan eficientemente fabrican, por lo tanto y como es lógico, la economía alemana ha tenido un crecimiento bastante notable que les ha hecho ser "el motor europeo".



Por otra parte, durante los primeros años desde la llegada del Euro la deuda privada en los países periféricos de la zona Euro se fue incrementando poco a poco, entre otros motivos, debido al saldo comercial negativo que sufrían estos países principalmente importadores. Entonces llegó la crisis económica de 2008 que empeoró la situación al añadir a la deuda privada de estos países periféricos la deuda pública y todo ésto desembocó en la actual crisis de deuda soberana que sufrimos. El resultado es que, viendo los datos de crecimiento en Alemania y su saldo comercial, se ha deducido que el modelo alemán es el bueno y que hay que copiarlo, y en eso están los líderes europeos.

En la última década a nivel internacional han surgido unos grandes competidores en eso de las exportaciones que son los países emergentes, y sobre todo, China. El secreto chino es mantener una mano de obra baratísima que les permite producir a bajos precios aunque su eficiencia realmente no sea la mejor; cualquier fábrica en Europa es capaz de superar a las fábricas chinas en calidad y capacidad productiva, pero los salarios europeos son muy superiores a los salarios chinos lo que nos resta capacidad de competir con ellos. De hecho, son las condiciones infrahumanas en las que trabajan muchos obreros chinos lo que les permite ser uno de los países con mayores exportaciones del mundo. Los alemanes vieron ahí una amenaza a la salud de su economía, y ya que mejorar la productividad alemana a base de invertir en capital físico o mejorar el capital humano es complicado, se decidieron por usar la vía de reducir salarios.

En éstas estábamos cuando llegó la crisis financiera del año 2008 que causó el gran problema de deuda soberana que sufren los llamados PIIGS (Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España). Mientras que Alemania ha sido capaz de alcanzar un saldo presupuestario positivo rápidamente, la gran mayoría de países de la periferia de la zona Euro arrastran unas enormes deudas. Como hemos comentado, los alemanes previamente ya se habían "apretado el cinturón" por el bien de la economía de su país, haciendo un gran esfuerzo, y lo que en este momento de crisis de deuda nos piden al resto de europeos es que hagamos el mismo esfuerzo que hicieron ellos para poder superar este problema. Aplicar este concepto de "apretarse el cinturón", por desgracia, no parece demasiado inteligente por muchos motivos de los que expongo aquí sólo algunos:

- Los sueldos alemanes eran muy superiores a los sueldos de los países de la periferia europea. Reducir los sueldos que tenemos españoles, portugueses o griegos es pedirnos un esfuerzo de proporciones mucho mayores que el esfuerzo que ellos han hecho ya que nuestra capacidad adquisitiva era mucho menor que la que ellos tenían y sigue siendo menor de la que siguen teniendo.

- Bajar los salarios en estos países de la periferia, como piden los alemanes, hace que se reduzca nuestra demanda interna de productos, y hay que recordar que nosotros somos el principal mercado para las exportaciones alemanas, por lo que al final acaban sufriendo también nuestra caída en el consumo.

- Cuando hay países que exportan mucho, es necesario que otros importen mucho, así que es imposible conseguir que todos los países de la zona Euro sean grandes exportadores y que todos tengamos un saldo comercial internacional positivo.

- La pelea por reducir costes para competir con países donde sus obreros son explotados conduce a unas peores condiciones en los asalariados europeos y a un empobrecimiento general de la población, además de un aumento en las desigualdades. ¿Queremos los europeos realmente parecernos a China?

En definitiva, la alternativa europea debería pasar por fortalecer el mercado interno en la zona Euro, y por tanto, orientar nuestra economía a un crecimiento "hacia dentro". Las políticas de recortes no hacen más que deprimir las economías de los países periféricos, y en un momento de crisis como éste, de hecho nos están conduciendo al mayor de los desastres.

Yo sigo creyendo en la Unión Europea, pero en vez de caminar todos los países de la mano hacia un lugar mejor, nos estamos dirigiendo a un abismo. Todavía estamos a tiempo de torcer el camino, pero si ésto no sucede, al final tendremos que soltarnos las manos y buscar cada uno nuestra propia manera de alcanzar un destino mejor y evitar una caída trágica.

jueves, 8 de diciembre de 2011

El BCE baja los tipos de interés

Hoy hemos sabido que el Banco Central Europeo (BCE) ha bajado los tipos de interés; han pasado del 1,25% al 1%. Los tipos de interés que marca el BCE definen el interés mínimo que se recibirá al prestar dinero en la zona Euro. La pregunta que muchos pueden hacerse es: ¿qué implica una bajada de tipos de interés? ¿sirve para algo?



Hay que destacar que en la zona Euro todavía tenemos los tipos de interés más altos que en EE.UU., Reino Unido o Japón y es debido a un efecto que producen las bajadas de tipos y que el BCE está especialmente obsesionado en combatir: un aumento en el nivel general de precios. Que el BCE baje los tipos es una clara señal de las malas perspectivas que hay acerca de la evolución económica en la zona Euro. Cuando un Banco Central baja los tipos de interés, básicamente hace más "barato" conseguir dinero, algo que, se supone, debe estimular la economía. Al ser más barato conseguir dinero los empresarios tendrán mayores incentivos para pedir y conseguir préstamos con el fin de aumentar la actividad económica productiva.

El problema es que, como decimos, los tipos en otras zonas del mundo ya están muy cercanos al 0% y ni siquiera con unas medidas tan agresivas han conseguido un crecimiento económico que asegure la creación de empleo. Cuando te encuentras con los tipos al 0% y ya no puedes bajarlos más para incentivar la economía te encuentras ante la llamada "trampa de liquidez". Muchos economistas apuntan que aunque la situación en la zona Euro no es exactamente esa, podríamos encontrarnos de hecho en una situación muy parecida y que las políticas monetarias expansivas no van a resultar efectivas.

Por otra parte, los tipos de interés que marca el BCE influyen en mayor o menor medida, aunque no directamente, en los intereses a pagar en las hipotecas. Por eso muchos de nosotros veremos como en los próximos meses la cantidad a pagar en cada una de las mensualidades de nuestras hipotecas se verá reducida.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Los precios en España y la inflación (II)

Ya hemos visto que una subida general de precios causa una pérdida de valor del dinero, este hecho puede llevarnos a pensar que la inflación, por muy pequeña que sea, siempre será muy perjudicial para todos los que intervienen en la economía de un país. Podemos afirmar que ésto no es así, y paso a explicar en qué aspectos la inflación puede ser positiva.

Aquellos que tengan deudas, ya sean particulares o países, por una cantidad de dinero determinada se verán favorecidos por la subida de precios; al perder el dinero parte de su valor con el paso del tiempo, su deuda será más "barata" de devolver con el fruto de su trabajo. Así mismo, todos aquellos que reciben un préstamo también saldrán beneficiados ya que la cantidad de dinero a devolver tendrá un "menor valor" transcurrido el plazo de tiempo tras el cual se acordó que se devolvería dicho préstamo. Como contrapartida, la perspectiva de una subida de precios suele llevar a un aumento en los intereses que se deberán pagar por recibir un préstamo. La intención última de aquel que te presta dinero es obtener un beneficio de este negocio, por tanto siempre se intentarán anticipar a esa futura pérdida de valor del dinero exigiendo el pago de un mayor interés.

Para un empresario o fabricante tener una perspectiva de inflación puede motivarle a intentar aumentar su producción ya que sabe que todos los productos que fabrique van a ver aumentado su valor con el transcurso del tiempo con lo que los beneficios de su actividad económica se verán incrementados también. Ésto conducirá al empresario a contratar más trabajadores para aumentar su producción. Podemos deducir así que ante una perspectiva de inflación crece la actividad económica y disminuye el desempleo.



Alguno se preguntará por qué si seguimos teniendo año tras año una cierta inflación en España el paro no hace más que aumentar. Ésto es debido a la baja demanda interna de la que ya hemos hablado. Los empresarios españoles saben que aquello que produzcan verá aumentado su valor con el transcurso del tiempo, pero también saben que dentro de España es muy difícil aumentar las ventas de sus productos debido al cada vez menor poder adquisitivo de las familias españolas. En estos momentos sólo las grandes empresas españolas mantienen e incluso aumentan sus beneficios ya que dirigen gran parte de su producción a la exportación, es decir, a la venta en otros países.

Por último, me parece necesario comentar por encima dos términos muy ligados a la inflación para que al menos os suenen; el primero de ellos es la deflación o bajada general de precios, un fenómeno que hace muchos años que no se produce en las economías más desarrolladas y cuyas consecuencias suelen ser justo las contrarias a las de la inflación, la deflación conduce normalmente a una depresión de la actividad económica y un aumento del desempleo. El otro término es la desinflación que es una disminución en la subida general de precios; un ejemplo de desinflación sería pasar de una inflación del 4% a una inflación del 1%. La desinflación también suele afectar negativamente a la actividad económica.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Los precios en España y la inflación (I)

Ya adelanté en el anterior artículo sobre el Banco Central Europeo la definición de inflación: es una subida de precios general. El famoso IPC del que tanto escuchamos hablar en las noticias, no es otra cosa que uno de los métodos que se usan hoy en día para intentar calcular como varían los precios generales. El control de la subida de precios se ha convertido en una de las mayores obsesiones de los bancos centrales a nivel mundial. ¿Por qué sucede ésto?



Hay que entender lo que puede llegar a significar una subida de precios muy fuerte. En los años posteriores a la I Guerra Mundial, en Alemania sufrieron un caso gravísimo de inflación, los precios subían de una manera muy rápida de un día para otro y eso hacía que su moneda no tuviera casi ningún valor. Lo que un día podían comprar por "1", al día siguiente podía llegar a costar "1,2". Si ese comportamiento en los precios lo mantienes durante años, puedes imaginar el efecto que eso puede tener para todas las personas. Los alemanes dejaron de confiar en su propia moneda, pues con ella cada vez podían comprar menos cosas, y volvieron al trueque, es decir, que preferían intercambiar directamente un producto, como los huevos o el carbón, por otras cosas que quisieran adquirir. Alcanzar un grado tan alto de inflación es, a todas luces, algo que hay que evitar.

Pero veamos como una inflación no tan alta también puede afectarnos a todos. Las subidas de precios generalizadas tras la entrada al Euro también nos ha perjudicado en la capacidad de compra que tiene el español medio. Aunque la inflación se mantenía en niveles aceptables, los sueldos de los españoles no han subido todo lo que deberían para contrarrestar esas subidas. Hay una frase popular que viene a decir algo así como: "tenemos precios europeos pero salarios españoles". Es decir, durante estos últimos años de crecimiento de la economía española (anteriores al 2008) los sueldos de los españoles fueron creciendo todos los años, pero crecían menos de lo que subían los precios. La población española ha ido perdiendo capacidad para comprar productos y el aumento en el desempleo provocado por la crisis financiera mundial y la explosión de la burbuja inmobiliaria no ha hecho más que agravar esta situación. Ésto lleva a que los empresarios cada vez tengan que producir menos ya que venden menos, lo que de nuevo nos conduce a un aumento del desempleo y una pobreza mayor; os enlazo a algunas de las pruebas de la actual baja capacidad de compra: ventas de coches en el año 2011, ventas de minoristas en España.

Este círculo vicioso es uno de los motivos por los que la perspectiva de la economía española para el año 2012 indique un más que posible aumento del desempleo en España según la OCDE: artículo en El País.

Otro aspecto clave de la inflación y de la obsesión que existe en determinados ámbitos por combatirla es que, además de afectar a las familias, las grandes fortunas también se ven perjudicadas, y mucho. Os pongo un ejemplo práctico para que se pueda entender hasta que punto afecta a un millonario:

Supongamos una inflación alta del 10%, lo que implica una pérdida de valor del dinero de un 10% y veamos como afecta a dos personas con distinto nivel de ahorros.

- Un ciudadano llamado Miguel tiene unos ahorros de 1.000 €. Tras un año con un 10% de inflación sus ahorros pasarán a valer 900 €. Eso implica una pérdida de 100 €... la inflación claramente ha perjudicado a Miguel.

- Un ciudadano llamado Emilio tiene unos ahorros de 10.000.000 €. Para él la perdida será de ¡1.000.000 €! Desde luego a Emilio tampoco le debe hacer ninguna gracia la subida de precios.

En el próximo artículo seguiremos analizando las subidas de precios y sus consecuencias.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

El Banco Central Europeo

Una de las instituciones de las que más se escucha hablar en las noticias es el Banco Central Europeo (BCE). Lo primero que habría que decir es que un banco central no es igual al resto de bancos que conocemos, el banco central no tiene clientes particulares (como tú o como yo), es decir, no almacena nuestros ahorros en cuentas corrientes ni nos concede hipotecas. Sus funciones son más importantes todavía, para poder describirlas todas habría que entrar en demasiados tecnicismos y esa no es mi intención.

Cuando en España usábamos la peseta nuestro banco central era el Banco de España, pero la importancia de éste se vio reducida con la creación del Euro; desde entonces muchas de las funciones del Banco de España han sido cedidas al Banco Central Europeo. Eso ha hecho que el gobierno español haya perdido cierta capacidad para actuar sobre la economía del país ya que determinadas políticas nos vienen ahora "impuestas" desde Europa. El Banco Central Europeo, inspirándose en el Bundesbank (banco central alemán), tiene como principal prioridad que los precios sean estables. Cualquiera que visite su página web podrá comprobar la importancia que le dan a este asunto: web del BCE en español.



Pero no todos los bancos centrales tienen las mismas prioridades, hay otros como la Reserva Federal de Estados Unidos que, además de perseguir esa estabilidad de precios, tienen otras misiones como combatir las crisis económicas, y para conseguirlo tienen a veces que "suavizar" ese otro objetivo que es el control de precios. No ocurre lo mismo con el BCE y por ese motivo hay muchas voces críticas hacia él. No es por tanto que sus gestores desempeñen mal sus funciones, se trata de que sus objetivos puede que no sean siempre los más adecuados. Esa fijación por la estabilidad de precios con la que se fundó el BCE está conduciendo a muchos países europeos a no poder aplicar las políticas correctas para superar la crisis económica que estamos padeciendo y, lo que reclaman muchos economistas, es que habría que modificar sus objetivos para poder afrontar en mejores condiciones ésta y futuras crisis.

¿Por qué esa obsesión por luchar contra las subidas de precios? Eso lo analizaremos en el próximo artículo en el que intentaré aclarar algunos conceptos acerca de la inflación.